El cristianismo crea el problema del dolor

Kev Lozano
1 min readAug 21, 2023

La preguntan “¿qué es el dolor?” está mal planteada, más bien es “¿tiene sentido el dolor?”.

Los héroes homéricos no se lo plantean, para ellos el dolor es parte de su realidad como títeres del destino que gobierna ciegamente sus vidas. Reciben placer y dolor como avatares de una existencia sometida.

Pero en el cristianismo el dolor es un problema, no por su existencia en si, si no por la existencia de una garantía suficiente de que la realidad última es justa y amorosa.

El problema del dolor nace pues de esa difícil reconciliación: ¿tiene sentido el dolor si se acepta la existencia de un Ser bondadoso y omnipotente?

Según José Luis Barco:

“«El sufrimiento sólo puede tener sentido si es relativo, y sólo es relativo si todos los sufrimientos pueden ser suprimidos»”.

¿Es excesiva la esperanza en la transformación del sufrimiento en alegría? ¿Es ilusión vana creer que Dios «enjugará toda lágrima de sus ojos y ya no habrá muerte, ni llanto, ni sufrimiento, ni fatigas, porque todo lo anterior ha pasado»?”

Es, desde luego, una elevada esperanza, pero cuenta con la mayor garantía imaginable: la promesa ya realizada.”

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